MAR


Late un corazón que no veo. Tiene ya nombre, y es azul, salado, infinito, inmensurable. Yo no le dibujo rostro, ni manos, ni ojos. Yo no le digo nada. Sólo esto.
Has transformado su cuerpo y lo haces bello, cada día más bello. Rompes tu silencio con tus movimientos y aprendes a contestar a mis manos que desde el exterior quieren decirte sólo esto.
Y pareces nada, y ya lo eres todo.
Estás al otro lado y te transformas cada día en espera, despertando lo que no soy, y mis latidos ya se unen a los tuyos, latimos al mismo son, puro ritmo, puro nervio.
Y me hallarás, sin duda, al otro lado. Y te enseñaré el mundo, el sol, la primavera, las sonrisas, ... y tú me enseñarás tus ojos, tus manos, tu rostro y me convertirás en lo que hoy soy sólo un poco.
No me escuchas. No me entenderías. Por eso, con sólo esto, es suficiente.