PRESENCIAS

Siento que está detrás de mí. Fuerzo mis pasos y alcanzo una velocidad que mis tacones en los adoquines húmedos se resiten a seguir. Sigue tras de mí. Puedo detenerme bajo una farola y mientras recupero el actuar con normalidad, siento que ya no está. Me asusto al escuchar el rugido de la persiana de la carnicería bajar y también cuando huelo la sangre resaltar en la bata blanca de la mujer del carnicero que me sonríe educadamente y me escupe una buenas noches. Mis ojos recuperan la oscuridad del día que más tarde llegué a casa después del trabajo; y precisamente hoy, otra vez, el Ayuntamiento se ha olvidado de colocar farolas hasta mi coche. En una zona que seguramente no haya sido nombrada en los manuales de Medicina pero que yo noto entre los hombros, la nuca, la etiqueta de la marca de la camiseta y en el rozar del pelo en la piel de la espalda... siento que la presencia está justo detrás de mi. Cuando entro en el coche, escojo el CD de Chambao e intento perderme en el suave aleteo de la voz de La Mari que inunda los espacios más perdidos de mi locura. Cuando alcanzo la carretera que me lleva a casa no me abrigan ya ni edificios, ni la carnicera, ni las lejanas farolas. En la oscuridad no hay nada. La música no me deja escuchar lo que siento y "pause" tampoco me está descubriendo nada. El silencio tras el retrovisor se vuelve presencia e intento dominar de un vistazo cada ángulo sin conseguir atrapar a ese nadie. El intermitente a la derecha da paso a mi salida del coche y a una búsqueda del rastro sobrenatural ... evidentemente no hay en el coche nadie más que yo ... pero juraría haber sentido, como en muchos otros momentos, la presencia reirse a mis espaldas.

Estado Civil: divorciado

Ayer no dormí bien; hoy, tampoco. Intento no tocarla, ni tan siquiera rozarla, así que toda la noche me la paso forzando posturas tan incómodas que no me dejan conciliar el sueño. Tampoco el vaivén de su olor me deja olvidar cuanto la quiero y tampoco, los papeles que veo ordenados en su mesita de noche, que mañana tenemos hora en el Abogado para firmar el convenio regulador de nuestro divorcio.
Durante muchas noches... los tacones se acercaban lentamente desde la esquina, sobrepasando las 12. Los golpes en la puerta del llavero que le regalé delataban su entrada; también su respiración, agitada, como sus movimientos. Los tacones dejaban de sonar, en un instante, había tenido la prudencia de querer caminar descalza, para no despertarme. En la oscuridad, yo localizaba el móvil para comprobar que volvía otro día más tarde que ayer; me sumergía entre las sábanas y fingía un respirar profundo, sosegado y algún que otro ronquido. Podía intuir como vagabundeaba nerviosa de habitación en habitación. Desde hacía mucho tiempo ... ya nunca se desnudaba ante mí. Fue nuestro mejor amigo quien me dijo que mi mujer frecuentaba la casa de un compañero de trabajo; también distintos bares de copas; también que les había visto besarse tras los cristales de nuestro coche. Cuando le pedí una explicación ya no encontré por respuesta nuestros gritos entrelazados, sólo la carta de un despacho de Abogados. Supongo que no aceptaba esa respuesta, pero no pregunté más y llevé a Javier al colegio.
Son las seis de la tarde y estamos sentados en la sala de espera, sin mirarnos, sin hablarnos ... parecemos dos desconocidos. La observo cuando estoy seguro que se ha concentrado en la lectura del Magazine de La Vanguardia y que no va a notar que le estoy suplicando con mis temblores que nos vayamos a casa. La secretaria nos llama por su nombre y ella se adelanta sin esperar que le indiquen qué dirección debe tomar. Cuando ocupo la silla al lado de ella soy incapaz de articular palabra, el Abogado se presenta y ...."lo normal es la guardia y custodia para ella; la patria potestad compartida; en el domicilio familiar residirán la madre y el hijo y usted dispone de cuatro días para abandornarlo; lo normal es una pensión de alimentos de "tantos" euros atendidos sus ingresos; lo normal es un régimen de visitas..." de fines de semana alternos desde el viernes hasta el domingo... conozco muy bien toda esa historia.
Creo que aquellos tres folios parte de una plantilla de Word no reflejan cuanto quiero; hoy no estoy preparado para firmar mi divorcio. Javier está a punto de salir de clase de inglés y no sé qué le voy a decir ... ella espera que estampe de una vez mi firma y su nerviosismo le da una tregua cuando empiezo a firmar el primer folio. "¿Nos conocemos?" - me pregunta el Abogado.
Al salir del despacho la corbata me aprieta y siento acelarados latidos en las sienes; me inunda un sudor que me empapa la camisa ... en realidad no sé qué he firmado y me repito que mis sentimientos por ella no me han dejado pensar ... y recuerdo que yo también conozco a ese Abogado ... compañero de profesión.

MEN


El azar, con él, no escogió con serenidad ni tampoco meditó cuantas veces todos los demás hubieran querido. Nació diferente y la diferencia le fue reprochada sin darle turno de réplica. Él fue quien, armado del látigo de su soledad, mayores castigos se colocó en los pantalones.
Si a quien ilumina con luces de néon la diferencia, yo le pidiera una definición de ella, estoy segura que en su discurso no podría abarcar todas y cada una de las variadas marcas que el destino ha grabado en cada persona ni tampoco justificar porqué ciertas diferencias destacan, a su parecer, entre todas las demás; ni tan siguiera justificar porqué ha grapado connotaciones negativas a esa diferencia que hoy le pido definir.
La diferencia es en si misma infinita, y como infinita, es imposible de definir ni el concepto ni sus límites; en ella no existen virtudes, ni defectos, ni la podemos atrapar con luces de neón de un rosa intenso...no existe discurso que permita dar un tratamiento injusto a una diferencia por el mero hecho de serlo, pues fue el azar quien se encargó de lanzarla, como tantas otras, al vacío.
Me conmueve mucho más que la posible crítica, ver cómo él se coloca por obligación en la solapa lo que él llama "su diferencia", sabiendo que le resulta hoy más que nunca un lastre del que posiblemente mañana no podrá tirar con fuerza. Las ganas de luchar se las han robado, con una violencia insólita; a su ilusión le han perforado las entrañas con afilados dardos cargados de puntería; su futuro se transforma porque quien le colocó las alas para enfrentarse a su secreto se las llevó durante aquella noche de luna llena.
El tiempo traerá en sus minutos un carro cargado de alas para que él, con su diferencia a la vista de todos, escoja las de aquel amante, diferente como él, que le ofrezca todo lo que el tiempo le ocultó en un juego absurdo. Sería injusto que también el azar no dejara que ellos, frente a todos, resolvieran con normalidad el crucigrama de sus sentimientos.
De un tiempo a esta parte he podido ver cómo son las raíces de una incomprensión sin argumentos. Cuando él se enamoró de D. se agotó explicando quien "realmente" era, desnudando su intimidad frente a todos, pensando que dejaba en el camino ese tipo de huellas que jamás se borrarían. Pero se equivocó, porque de eso ya hace más de un año, y aquellas huellas las ha recubierto la nieve, la hipocresía y su propia incertidumbre; D. ya no está, y parece que ni él es quien fue. Ante las exigencias de los demás, de los próximos y de los conocidos, vuelve a sentarse en aquella esquina y va cubriéndose, poco a poco, el rostro con las manos...

QUE ELS TEUS SOMNIS DE MARINER ARRIBIN A BON PORT


Moguts pel soroll del vent han arribat al mar amb la boca plena dels crits retinguts. L'aigua els ha insultat a la cara i ells s'han encarat amb les seves petjades d'adolescents des de la roca més propera. Han jugat a no mullar-se, però una i altra vegada han perdut la partida. Un d'ells riu perquè l'onada ha fet seva la tramuntana que per allà passava i ha descarregat un nou insult d'aigua freda amb una ira inesperada. Ell també riu perquè als llavis l'onada li ha deixat una mica de la seva sal i, enganxada, la ploma d'una gavina que fugia d'una corrent d'aire. El sol ha mirat entre els prims núvols i ha vist que a un d'aquells nois se li trencava la mirada en veure aquell vaixell passar; ha vist com s'entusiasmava en el seu repte amb el mar i com, al costat dels amics, començava a sentir el somni de tocar un futur muntat en el moviment etern de les marees. Parat en aquell simulat port de roques, mullades les sabates, els texans, els calçotets i la sudadera, regal de l'anniversari passat, ha demanat una altra vegada el seu desig de futur, sense saber que el sol l'espiava i que la tramuntana aquell dia rescatava de l'aire desitjos.
Quan baixava al passeig l'aigua el mullava per tots costats i una sensació de fred li ha fet començar a còrrer fins a casa seva. Sabia que arribava tard a classe de física però ha perdut més segons del compte a la seva habitació batejada dies enrera amb la placa daurada de "camarote", tancant els ulls, rescatant la sal dels seus llavis i deixant que la humitat blau marí travessés la seva pell. La maqueta del vaixell està encara per acabar i el simulador de vaixells que s'ha comprat per l'ordinador no li funciona ... avui no ha controlat l'escomesa del mar i no ha entés les maniobres d'aquell vaixell de pesca ... torna per la pujada cap a l'institut recordant que el mar demà també només l'espera per jugar ... oblida que la tramuntana s'ha emportat el seu desig, i que voltarà el Mediterrà buscant port pel mariner que no para de somiar.
És fàcil continuar gaudint cada dia de la meva professió quan tinc a persones com ell al meu costat, que és capaç de no aturar-se mai, ni quan en aixecar la mirada l'horitzó sembla desaparèìxer.