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El azar, con él, no escogió con serenidad ni tampoco meditó cuantas veces todos los demás hubieran querido. Nació diferente y la diferencia le fue reprochada sin darle turno de réplica. Él fue quien, armado del látigo de su soledad, mayores castigos se colocó en los pantalones.
Si a quien ilumina con luces de néon la diferencia, yo le pidiera una definición de ella, estoy segura que en su discurso no podría abarcar todas y cada una de las variadas marcas que el destino ha grabado en cada persona ni tampoco justificar porqué ciertas diferencias destacan, a su parecer, entre todas las demás; ni tan siguiera justificar porqué ha grapado connotaciones negativas a esa diferencia que hoy le pido definir.
La diferencia es en si misma infinita, y como infinita, es imposible de definir ni el concepto ni sus límites; en ella no existen virtudes, ni defectos, ni la podemos atrapar con luces de neón de un rosa intenso...no existe discurso que permita dar un tratamiento injusto a una diferencia por el mero hecho de serlo, pues fue el azar quien se encargó de lanzarla, como tantas otras, al vacío.
Me conmueve mucho más que la posible crítica, ver cómo él se coloca por obligación en la solapa lo que él llama "su diferencia", sabiendo que le resulta hoy más que nunca un lastre del que posiblemente mañana no podrá tirar con fuerza. Las ganas de luchar se las han robado, con una violencia insólita; a su ilusión le han perforado las entrañas con afilados dardos cargados de puntería; su futuro se transforma porque quien le colocó las alas para enfrentarse a su secreto se las llevó durante aquella noche de luna llena.
El tiempo traerá en sus minutos un carro cargado de alas para que él, con su diferencia a la vista de todos, escoja las de aquel amante, diferente como él, que le ofrezca todo lo que el tiempo le ocultó en un juego absurdo. Sería injusto que también el azar no dejara que ellos, frente a todos, resolvieran con normalidad el crucigrama de sus sentimientos.
De un tiempo a esta parte he podido ver cómo son las raíces de una incomprensión sin argumentos. Cuando él se enamoró de D. se agotó explicando quien "realmente" era, desnudando su intimidad frente a todos, pensando que dejaba en el camino ese tipo de huellas que jamás se borrarían. Pero se equivocó, porque de eso ya hace más de un año, y aquellas huellas las ha recubierto la nieve, la hipocresía y su propia incertidumbre; D. ya no está, y parece que ni él es quien fue. Ante las exigencias de los demás, de los próximos y de los conocidos, vuelve a sentarse en aquella esquina y va cubriéndose, poco a poco, el rostro con las manos...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La gente no nace diferente, la hacemos diferente, sin darnos cuenta que nosotros mismos somos también diferentes.

Pero dicha diferencia es cruel, porque es excluyente; intentamos apartar de nuestra "sociedad" aquello que no es un fiel reflejo de lo que vemos cuando nos miramos al espejo.

Todos somos diferentes (afortunadamente), y la tipología diferencial (gordo, alto, negro, árabe, homosexual, de ojos azules, peludo, etc.) no debe de ser nunca motivo de exclusión, porque si excluimos de una forma tan lisonjera a aquellos a quienes apuntamos con el dedo, estaremos empeorando aún más el estado de salud de una sociedad ya de por sí enferma, de la que por cierto, formamos parte todos, sin excepción.

Así que, y tal como dijo Hemingway, "no preguntes por quien doblan las campanas, porque doblan por ti".

Felicidades por tu blog y por este post.

ecasual dijo...

Profundo y cierto. Subrayar siempre lo diferente agota las energías, aisla, y no permite observar que es más en lo que todos nos parecemos.
Saludos!

Anónimo dijo...

Hauriem de ser tots una mica més egoistes i pensar una mica més en nosaltres. Ës molt trist que hagis de viure per fer feliços als altres sense deixar-te ni un moment de feliciat per tu. Sempre he pensat que perquè hem de fer i comportar-nos com els altres volen que ens comportem. Per què el concepte que tenen ells de vida és millor que el concepte que tenim nosaltres, per què el comportament ideal és el que ells creuen i no el meu? qui ho ha dit?. Tot seria molt més fàcil i jo seria "MOLT" més feliç si em comportés i em mostrés com realment soc, tot seria molt més fàcil, la vida seria molt més fàcil...
Em permeto donar un consell...
A tots els "homosexuals", la mateixa paraula em crispa, perquè ja està fent diferències. Millor diria... A tots aquells que estimen a una persona ja sigui del sexe que sigui, que la presentin, que passegin donats de la mà, que li facin un petó quan li vingui de gust... al final tots aquells que avui es giren i fan el "tonto" comentari, acabaran acostumant-se i hauran d'acceptar-ho (si es que ens estimen realment) i als que no... no val la pena deixar de ser feliç per aquests quatre. No creus?

MENS REA dijo...

Anònim

Totalment d'acord. Si mires al teu voltant TOTHOM lluita per la seva felicitat i mai cap conducta en aquesta lluita serà criticada, segurament. S'ha d'actuar amb tota la sinceritat que un mateix es mereix...la resta vindrà sol; si són crítiques, mitja volta i mirar cap a un altre costat; si trobem acceptació, això és la normalitat, cal continuar endavant.

. dijo...

Saludos.

bohemiamar.

Clarice Baricco dijo...

Duele leer, escuchar, contemplar que tu texto aún es verdad.
La realidad humana y cruel.
¿Hasta cuándo?

Agradecida.

Anónimo dijo...

La mayoría de los individuos tendemos siempre a rechazar responsabilidad alguna sobre nuestras propias carencias o deseos frustrados.

muchos por su inseguridad, falta de madurez o simple y mala envidia arremeten, quizá sin darse cuenta, contra aquellos que se atreven a mostrarse como son y vivir sin dejar rincón por descubrir.

No dejemos que los problemas o inaptitudes de los demas afecten nuestro proyecto de vida claro, nitido y fuerte: ser felices aceptando como somos y son.

un abrazote mens rea. el circulo se cierra...